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Los cuentos de Barbasas, de José Arnoldo Sagastizado Morales

Tony Alemán, San Salvador. Me adentré en los corrillos de esta nueva obra literaria, surgida de una de las mentes más prolíficas de San Miguel, en el oriente del país, no me decepcionó, fue una aventura sin fin, en hilvanación perfecta de ideas, que fueron dando forma a relatos distintos en un mismo escenario, lo cual hace ver como si uno es la continuación de otro pero sin parecerse en nada, a no ser por el uso de la primera y segunda persona e intempestivamente de la tercera que casi siempre termina cediendo su lugar al relator incognito o talvez no tan incógnito.
No me di la oportunidad de leer el prólogo, para no contaminar mi apreciación personal de esta obra, de la cual comenzaré diciendo que me sorprende especialmente este día en que ha fallecido el artista Fernando Llort, leer como un »fango dentro de un laberinto religioso» o sea Mundani, se encarga de destruir la pintura de Bardales ubicada en el pórtico principal del templo católico, que como bien lo reconoce Tracio, está en un lugar sujeto a cambio, sin embargo, en mi opinión, en lugar equivocado o no, debió respetarse el esfuerzo del artista, pues un pequeño triangulo no era para exagerar… me recordó los mosaicos de catedral metropolitana, dados al traste hace algunos desdichados años, no sé si este cuento lo escribió Sagastizado antes o después de aquellos acontecimientos.
En »Dictamen de hospital» asistimos a eso que ocurre a diario en nuestro sistema hospitalario, negligencias ridículas y el ignorar en forma total el sentido de servicio social que conlleva toda profesión, lugares donde si no hay dinero, ya puede usted morirse en paz, terminando así con la esperanza de vida de sus congéneres. Los Clavijo pueden decirlo mejor.
En »El Paciente» se aborda el caso de aquellos emproblemados en busca de quien les resuelva la vida, so pena de culparlos de sus desgracias, si no logran los resultados que quisieran. Me gusta esa lapidaria frase »a los matrimonios les pasa como a los perros, se los ve que no se enferman, pero por dentro llevan llagas podridas…» una gran verdad en las sociedades donde la apariencia cuenta y más cuando hay factores que abonan en gran forma como el caso de las parejas dispares. El que, en este cuento, haya muerto un personaje, no es porque el Dr. haya fallado sino más bien porque Lavinia jamás sería para el paciente, lo que a lo mejor sí, con un amante que no menciona la historia, pero que imagino existiría, por eso quizá ella nunca fue a una cita con el Dr.
»Los senos de Jacinta» es un canto a la vanidad femenina y a la hipocresía misma, en un desbalanceado cromo, a primera vista se aprecia mucha solidaridad de sus amigas, luego el muerto de hambre que algo sabia de cirugía plástica, quizá más que algunos de los que se encuentran en los hospitales arrancando la pierna equivocada. Luego la mezquindad humana empeñada en no ver ojos bonitos en cara ajena, en resumen, un relato donde la misericordia fue vencida por la envidia que nunca falta en cualquier lugar donde trabaje más de uno haciendo lo mismo.
»Baudilio» viene a ser el prototipo del pobre diablo que es eso porque quiere pues tiene la capacidad de ser diferente y cuando la oportunidad llega no la aprovecha, llevándose de encuentro a otros que pudieron beneficiarse con su aporte, después hace lo que todo mundo, lamentarse, es más un llamado del autor a la cordura antes que enloquecer imaginando persecuciones.
Cuando leí »Por un trago» tuve la sensación de que, de alguna manera, todos terminamos siendo desconocidos, el camino lo comenzamos cuando escuchamos la voz equivocada, muchas mentes se han perdido por eso. Nuestros personajes nos lo demuestran y en un momento de lucidez pretenden recomponer la senda, pero es imposible, quedando solo la intención última de encontrar un basurero donde morirse.
»El espanto de la cuadra» es una narración clásica de apariciones, que desnuda la fragilidad espiritual de la sociedad, porque un brujo no sobrevive si no hay quien le tolere y en el caso de Barsabas, se intuye que mucho tenían que ver en eso, por eso creo que el temor que les agobia es producto de haber sido alguna vez clientes del sujeto, por lo tanto sus consciencias estarían tan manchadas, que desean desaparecer el espanto, cuando el pobre espanto quizá, lo que quiere es encontrar la entrada al túnel que le llevará a descansar de sus quejas, no era la anciana.
»Secreto de Sotanas» me parece un cuento político y atrevido que aborda un posible parentesco entre dos personajes salvadoreños, pero que al mismo tiempo lo desvirtúa con otro dialogo, muy acertada forma de abordar ese pasaje que culmina con la muerte del sacerdote.
»El anhelo de Renardo» es un relato muy humano y desgarrador que hace alusión a las »muecas de misericordia» que a veces recibimos casi siempre de familiares, que son la clásica oscuridad de la casa y candil callejero. Las grandes cosas llegan de donde menos esperamos, eso sigue igual.
»Pelotas de trapo» para mi gusto, el cuento social de esta obra, en donde Jacinto se revienta por mantener el espíritu luchador de sus chicos, enseñándoles a sudar la camisola de una forma peculiar, en medio de pleitos legales, que fueron arreglados cuando el ya había sido mordido por la serpiente que algún día puede morder a alguno de nosotros, por supuesto que la alusión a su querido Dragón no podía faltarle al autor y un poco a regañadientes al Aguilita.
Un deseo de navidad”muy bonito, pero creo el menos complejo de todos, recoge la clásica historia del personaje sin dinero frente a una vitrina o escaparate, que termina por quebrar para suplir una necesidad. Aun suceden esas cosas, eso es muy cierto.
La realidad de los artistas circenses no escapo a la pluma del experimentado escritor en »El circo de Risin», donde nos enseña que las batallas más cruentas, no lo son tanto cuando se sufre en grupo. Un llamado subliminal a la solidaridad tan necesaria entre los hombres.
Resumiendo diré que a lo mejor este no sea el mejor análisis y atreverme a publicarlo ha sido una osadía, sin embargo, pido disculpas al autor, pero considero, que aunque mi pluma no sea la más exquisita para desglosar una obra como »Los cuentos de Barbasas», espero sea el inicio de muchas interpretaciones, se lo merece.

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