La dialéctica de las hojas
Carlos Poblete Avila, Profesor de Estado, Rancagua. En distintas épocas, poetas y multitud de artistas y otros pensadores, han tenido como tema de sus obras la naturaleza, principalmente destacando su belleza, su exuberancia. Hoy muchos de ellos postulan su defensa, la protección del medio ambiente, convocan a amar la Tierra.
Antes…, en períodos más pretéritos, la luna embrujaba a todos los creadores, el astro selenita hacía imaginar, también enamorar a infinidad de habitantes telúricos. Entonces…» estar en la luna » era nada menor. Hoy la ciencia ha cambiado las cosas.
Recuerdo que el jefe indio Seattle, en 1855, escribió un bello y pedagógico poema en prosa, en respuesta al presidente de Estados Unidos que pretendía comprar las tierras de los Suwamish. Ese jefe hizo una categórica defensa del patrimonio territorial de esa tribu. Ha sido esa la postura histórica de los pueblos originarios.
Hace tres años el Papa Francisco ha lanzado al mundo su Encíclica » Laudato Si, mi Signore «, un texto indispensable de conocer y estudiar, por la invocación ecuménica que hace a la sociedad humana para la defensa de la Tierra, devastada de manera irracional. Este planeta es nuestra única casa.
Poetas chilenos como los Premios Nobel Gabriela Mistral y Pablo Neruda, y otros notables como ellos, en sus universales obras convocaron también al respeto por la naturaleza.
Nada más hermoso, natural y apropiado que observar en nuestro hemisferio este inicial otoño-invierno que se vive : el ciclo de la caída o vuelo de las hojas en la suprema levedad de su sueño, y reposar finalmente sobre los prados. Pero a la vez resulta contranatural presenciar la antiecológica actitud de algunos de barrerlas y, más aún incinerarlas. Ellas no son basura, son los esenciales nutrientes de la tierra, de los árboles y plantas. Hay que comprender la biología de los procesos. Las hojas no se pudren, se transforman, así cumplen con la suprema ley de la naturaleza : la dialéctica, máxima doctrina del desarrollo, del movimiento de la vida. La dialéctica fue descubierta por el pensador griego Heráclito hace 2500 años, seguido después por el alemán Hegel; y finalmente por los fundadores del socialismo y comunismo científicos : Marx y Engels. Así, el sueño de las hojas debe completar su curso vital.
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