¿Adónde van las lágrimas?
Yuri Zambrano, WFP – Festival mundial de la palabra
La esencia del ser en toda la extensión de la palabra es la poesía.
De hecho, la concepción del ser humano es una poesía que radica en el amor y la empatía entre dos almas naturalmente poéticas.
Hoy, los aquí reunidos, nos inclinamos con corazón y mente profundamente sensible por una nueva civilización poética en pro de la paz y la equidad fraterna entre los pueblos.
Por eso, en la contingencia de ese espacio-tiempo, estamos aquí “En Defensa De La Humanidad” para desbordar el tsunami interno que nos hace gritar a cada momento, Vivamos la Poesía, démonos la mano, es tan fácil el abrazo…
Hoy la poesía navega a cuatro vientos y a toda velocidad en el etéreo espacio de las piedras, donde debajo de cada lito, encontramos un poema.
Hoy la poesía busca que esas piedras, trasieguen el alma y profundicen en una paz inagotable. Todos los humanos aquí presentes y que nos siguen en otras latitudes, saben de nuestro constante deseo de transformar ese espíritu en, aún más poesía, en un delirante gesto de hermandad.
Romper, barrer, hacer poesía. Amar, –hacer el amor con la palabra y con el acto, es hacer poesía–, quebrar los diques y las cadenas es parte inmanente del constante quehacer poético y en cada actitud poética, en cada implosión nuestra, tenemos un santuario para resembrar en el poema que está a nuestro lado, en el humano que nos ve y al que tenemos que develarle la poesía y re-sembrársela como parte de ese único universo globalmente poético que tanto añoramos.
El antecedente inmediato a este esfuerzo mundial y colectivo entre todos los aquí presentes, quienes en incansable lucha demostramos una vez más, hoy, que NO estamos solos, es la declaración de paz y fraternidad universal “WFP- Festival Mundial de la Palabra” – ‘Poetas en Resistencia’, llevada a cabo al finalizar 2011, en el Santuario Poético de Ixchel, Diosa Maya de la Luna y la Fertilidad, Señora de las Mareas y Madre de todos los dioses, Patrona del tejer poético y del Arte de curar el alma.
Por tanto fecundar santuarios poéticos en el mundo, es una forma emblemática, el símbolo perenne y viviente del sembradío de la poesía a través del transcurso espacio temporal del universo.
Allí vamos, en tránsito e incansables. Con la alegría que nos vio nacer en el primer verso hermanable, creando el ambiente idóneo que sabemos, cuesta trabajo, pero que no nos doblamos. En lo santuarios se siembra esa luz y todo se vuelve pragmatismo poético, acciones poéticas con fines netamente humanos, lejos de la demagogia y la antipatía natural del ser humano.
¡ Debemos sembrar, sembrar y resembrar, y cuando estemos cansados de sembrar, que no nos quede otra… que volver a sembrar!
La civilización contempo esta condenada y va inequívocamente dirigida y sin frenos hacia esa perpetua «destrucción-evolución» del individuo, debida a ese motorcito interno con el que genéticamente deviene la condición humana.
Para enfrentar esa infección letal y altamente virulenta, nosotros los poetas en defensa de la humanidad, contamos con la absoluta certidumbre, todos y sin excepción, los que trabajamos en esto con alma corazón y vida, que lo único que puede cambiar ese predestino, casi post-destino, es la poesía.
La fuerza de la palabra es ese post-destino y nosotros somos la herramienta para lograrlo. Tenemos el ímpetu y la poderosa, la poderosa fuerza para martillar a cincel tal hecatombe de cambio que significa la transformación mutua.
Hagámosle caso a esta convocatoria “EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD”, nuestra conciencia poética es más que un grano de arena, es esa mariposa que vemos pasar rumbo a Varadero y ocasiona el tsunami que todos añoramos en las placas tectónicas más profundas de nuestras conciencias. Incluyamos nuestra energía en ese pensamiento, vivamos una nueva dimensión poética.
Nuestro verso, nuestras letras, nuestro empuje no inmovilizará los negocios fraudulentos solventando fratricidas guerras del “civilismo natural”, ni extirpará del mundo aquellas mentes obscenas que convierten en jirones de poesía las imágenes de niños y sociedades completas en hambrunas con olor a muerte y devastación. Un poema no le dirá a quienes mueven al mundo con el fantasma utópico del dinero, desuniendo familias en los Balcanes o promoviendo guerras en Centroáfrica y Asia Central, alimentando el dolor humano de quienes aun vivimos en las tierras que nos vieron nacer; que detengan el himno de su gloria.
¡NO! Un poema, una acción poética constante, simplemente nos alimentará en esa resistencia. Un poema da frutos a la velocidad de la luz en esa resistencia ancestral del monje tibetano antes de arder como tea humana manifestando su desacuerdo contra la represión arbitraria al que su pueblo es sometido durante ya tres generaciones. Un poema tengo fe, hará creer en el contagio de que aun estamos vivos. Y la resistencia poética, al final del túnel nos hermanará para enfrentar esos temores que nos avasallan, pero que insisto, no nos vencerán, mientras exista la palabra hecha verso.
Ese verso que camina, que besa el sol y acaricia la luna, que nos mueve al amor y a la fraternidad universal. Preparemos nuestro espíritu, démosle más alas de las que ya le hemos previsto.
Creemos en la quasi-infinita creatividad del poeta, en su pericia, en su preclara estimación por un mundo mejor, en su belleza interior inextinguible, en su solidaridad de lucha constante en busca de un mundo más ético, pletórico de equidad y de abrazos como lluvia proverbial.
La inexpugnable santidad del poeta hará mella pronto en el vulnerable muro de quienes nos agraden en nuestros derechos de expresión, en nuestro afán de libertad, que a gritos despega vuelos extraoceánicos y etéreos muy por arriba del plomo, el TNT, los neutrinos radiactivos y las amenazas nucleares que tratan de rompernos el alma, pero que insisto, quedan inermes ante nuestras fuerzas.
Vamos en busca de esos santuarios que se encuentran en cada uno de nosotros y re-sembrémoslos en cada congénere, abramos el camino con el amable corazón poético. NO es un sueño. DESPERTEMOS CUANTO ANTES, y entre más antes, mejor! La realidad, fraternos poetas, está al lado de nosotros. En el abrazo, en la actitud de sembrar poesía a ultranza, con la lanza de nuestras plumas, de nuestra palabra. Encontremos el santuario interno, la nueva dimensión del Homus Poeticus, en defensa de la humanidad !!!
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